INGREDIENTES: Harina de maíz, sal y colorantes E-102 y E-129.
Aditivo alimentario que aporta color a los alimentos.
El consumidor medio asocia ciertos colores a ciertos sabores, pudiendo influir el color de la comida en el sabor percibido. Por este motivo, la industria alimentaria añade colorantes a sus productos, a veces con el fin de simular un color que es considerado «natural» por el consumidor, como por ejemplo el rojo a las cerezas confitadas (que de otra forma serían beis), pero a veces por estrategia comercial, como el kétchup verde que Heinz lanzó el año 2000.
Aunque la mayoría de los consumidores saben que los alimentos con colores brillantes y artificiales seguramente contienen colorantes alimentarios, muchos menos conocen que alimentos aparentemente «naturales» como las naranjas o el salmón también están a veces coloreados para darles un aspecto mejor y más homogéneo. Las variaciones de color a lo largo del año y los efectos del procesado y almacenaje hacen a menudo comercialmente ventajoso el mantenimiento del color esperado o preferido por los consumidores. Algunas de las principales razones son:
- Compensar la pérdida de color debida a la luz, el aire, los cambios de temperatura, la humedad y las condiciones de almacenaje.
- Enmascarar las variaciones naturales del color.
- Mejorar los colores presentes naturalmente.
- Dar identidad a los alimentos.
- Proteger los sabores y vitaminas del daño ocasionado por la luz.
- Decoración, especialmente de pasteles y golosinas.